El reloj inteligente Samsung Galaxy Gear ya está disponible en la Argentina a 3999 pesos en las tiendas locales, a pocos meses de su presentación mundial, y para acompañar la presencia local del teléfono inteligente Galaxy Note 3.
El Galaxy Gear es una de las grandes apuestas de Samsung, que se suma al interés de la industria tecnológica por impulsar los relojes inteligentes, un segmento del mercado que ya cuenta con jugadores independientes como Pebble y competidores como Sony con su Smartwatch 2 y Motorola con su Moto ACTV , entre otros.
Al igual que el resto de los modelos presentes en el mercado, el Galaxy Gear cumple con los requisitos comunes a todos los relojes inteligentes, con una vista previa de las notificaciones y alertas del teléfono inteligente, que recibe de forma inalámbrica vía Bluetooth, pero se distingue por su cámara y micrófono integrado.
El Samsung Galaxy Gear cuenta con una pantalla táctil Super AMOLED de 1,63 pulgadas, con una resolución de 320 por 320 pixeles, un procesador de 800 MHz y 512 MB de RAM. Asimismo, dispone de acelerómetro, giroscopio y Bluetooth, junto a unos 4 GB de almacenamiento. Dispone de una batería de 315 mAh, que le permiten tener una autonomía de uso de unas 25 horas.
Su malla, disponible sólo en negro en la Argentina, cuenta con una cámara de 1.9 MP para registrar anotaciones con imágenes junto a un micrófono, que se puede utilizar para emitir órdenes de voz al teléfono móvil mediante la función S Voice o usar el equipo de manos libres, vinculado al smartphone por Bluetooth.
El reloj inteligente de Samsung fue lanzado de forma simultánea junto al Galaxy Note 3, el smartphone de la compañía que inició el mercado de las phablets, como se conocen a los teléfonos móviles con pantallas de más de 5 pulgadas.
Con un precio de lanzamiento fue de 299 dólares en Estados Unidos, el Galaxy Gear en la Argentina a 3999 pesos será el doble de costoso que en el exterior, si se toma en cuenta el tipo de cambio oficial. Una observación similar la había realizado la consultora IntegraGO, al señalar que, en promedio, los productos electrónicos en el país cuestan un 108 por ciento más que en el mercado estadounidense.
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