Doña Rosita, la soltera, espera toda la vida un amor que nunca llega. Carne Sola.
Y frente a esa carne, la de los otros, los espectadores, en un juego de espejos para multiplicar la soledad y reírnos de ella.
Sola se queda Rosita y solos están ellos.
Solo un espectáculo.
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