Quilmes, la cerveza preferida por los argentinos revoluciona nuevamente la categoría lanzando al mercado una novedosa botella de aluminio de última tecnología, la cual cambia su gráfica al ser expuesta a la luz ultravioleta. Esta singular y sorprendente característica ha sido magnificada gracias a un diseño modular que resulta tan atractivo como original, independientemente de las condiciones en que se lo observe.
Adrián Pierini, director general creativo de Pierini Partners y diseñador del novedoso packaging que hoy sorprende tanto a consumidores como coleccionistas, dijo con respecto al mismo:
“Existen momentos en la vida de todo profesional en donde se pone a prueba la capacidad de crear. Este proyecto generó precisamente esa situación ideal en donde la imaginación y el recurso se pudieron unir para dar vida a una pieza interactiva y altamente sensorial. El desafío consistió en trascender lo meramente gráfico para convertirla en una generadora de sorpresa, de estimulo visual y táctil, de magia y fantasía. Sin lugar a dudas, esta revolucionaria botella de aluminio es mucho más que un lanzamiento; representa un símbolo de liderazgo e innovación que sólo una marca como Quilmes es capaz de portar”.
Su partido gráfico consistió en cubrir, mediante una delicada textura de pequeños mosaicos plateados, el cuerpo de la botella. De esta manera se logró, por un lado, obtener la calidez necesaria para contrarrestar la frialdad del material y, por el otro, potenciar su capacidad lumínica llevando el brillo del aluminio al extremo. Estos pequeños módulos alteran su paleta cromática en la zona central del pack originando, mediante combinatorias de celestes y azules, la reconocida letra “Q”, síntesis del logotipo de la popular cerveza argentina. Si bien la utilización de estos recursos visuales ha logrado por sí misma transformar un objeto estático y funcional en una hermosa pieza de deseo, la verdadera magnitud de la propuesta cobra vida en la oscuridad.
En efecto, aunque parezca paradójico, el principal atractivo de esta botella no se haya a simple vista. Es necesario que la luz ultravioleta se proyecte sobre ella para que, de ese modo, descubramos los “espíritus de la diversión y el encuentro” ocultos en su superficie.
Pierini argumentó en relación al proceso creativo ejecutado: “La complejidad del arte radicó en lograr un diseño bi-funcional, es decir, se debía obtener una excelente sinergia entre las formas que el consumidor observaría con luz día y las que aparecerían luego con luz ultravioleta. La tinta utilizada para la reacción lumínica imponía ciertas exigencias de uso; uno de los condicionamientos más importantes era que ninguna otra tinta la debía tocar. Esta limitante fue superada exitosamente gracias a que el motivo “calidoscopio” escogido generó calles internas que se convirtieron en un excelente circuito sobre el cual distribuir las líneas originadoras de siluetas.”
Imaginación, tecnología e innovación. Estos tres pilares fundamentales podrían sintetizar la totalidad de ingredientes que se necesitan para arribar a un resultado tan magnífico como el obtenido. Cervecería y Maltería Quilmes demostró una vez más, con este lanzamiento, que su deseo de superación está más alto que nunca y que, gracias a ello, los consumidores disfrutan de una marca cervecera que además de poseer alta calidad es, hoy, sinónimo de tendencia.
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